¡Buenos días! En el post de hoy me centraré con más detalle en las recomendaciones y aspectos a tener en cuenta para conseguir una alimentación lo más saludable posible con el menor riesgo para el el alérgico.

Bien, tras el estudio y diagnóstico del médico alergólogo sabremos exactamente a qué LTP se es alérgico. Cuidado, no deben eliminarse de la dieta aquellos alimentos que solo causan sensibilización (pruebas cutáneas positivas pero no síntomas) solo los que te indique tu médico.

A partir de aquí, deberemos seguir estrictamente una dieta de evitación en función del nivel de tolerancia que se muestre a los alimentos implicados. Es en este momento cuando comienza el mar de dudas… ¿Si dejo de comer frutas, me faltarán nutrientes? ¿Podré seguir comiendo con los amigos los domingos? ¿Qué pasa si mi hija es invitada a un cumpleaños? ¿Esto será así para siempre?

¿En qué puedo ayudarte como Dietista-Nutricionista?

Punto 1: Aprender a elaborar tu menú sin LTP equilibrado, completo y saludable

Comer de forma saludable es crucial para nuestra salud y no tiene porqué ser un problema en alergia a LTP. Para elaborar un menú saludable deberás tener en cuenta:

  1. Qué alimentos debes excluir (todos aquellos que tengan tu/s alérgeno/s, sin excepción). Por lo tanto, no debes eliminar de tu dieta todos los que tengan LTP, sino solo los que sean peligrosos para ti.
  2. Qué grado de tolerancia tienes a todos aquellos implicados. Deberás saber si puedes tolerar algún alimento de la misma familia o debes eliminar todos los que estén dentro de un mismo grupo. Además, dado que las LTP están más concentradas en las partes externas (piel, cáscara…) en algunos casos los alimentos se toleran bien pelados, lavados o en almíbar.
  3. ¿Existen alergias cruzadas que pueden obligar a tener en cuenta las mezclas de alimentos o a excluir alimentos de otros grupos distintos?

Pongamos un ejemplo práctico. Imaginemos que has dado positivo en alergia a LTP de:

  • Rosáceas: Manzana, pera, fresas, mora, frambuesa, membrillo, cereza, ciruela, albaricoque, melocotón y almendra
  • Brasicales: col, repollo, brócoli, coliflor, coles Bruselas y mostaza
  • Familia Poales: Centeno, avena, arroz, trigo, cebada, teff, sorgo, mijo, espelta y maíz

En este caso, podrás comer otras frutas como el plátano, uvas, higo, sandía, melón, kiwi o naranja, en sustitución a aquellas que no puedes comer. En cuanto a las coles, puedes sustituirlas por cualquier otra verdura u hortaliza que no pertenezca a esa familia (lechuga, canónigos, tomate, zanahoria, berenjena, calabacín, espárragos, pimiento…).

En lo que se refiere a los cereales (probable fuente principal de hidratos de carbono de tu dieta), podrías comer trigo sarraceno, quinoa, amaranto, patata, boniato o yuca (dado que NO pertenecen a la familia Poales).

 
 

Ten presente que no hay ningún alimento que por sí mismo aporte algo único o especial, que no pueda encontrarse en otro alimento o conseguirse con la mezcla de varios alimentos. Así que sí es posible tener una alimentación equilibrada y completa en una alergia LTP.

¿Me faltarán vitaminas y minerales si soy alérgico a LTP? No tiene porqué si se elabora el menú de forma correcta. Existen las mismas posibilidades de hacerlo mal sin padecer alergia a LTP. No obstante, en casos severos de alta sensibilidad a LTPs o alergia múltiple,  es posible que elaborar un menú sin carencias nutricionales, saludable, gastronónicamente atractivo y lo más variado posible, no sea tarea fácil. Es aquí cuando mi consejo es que acudas a tu Dietista-Nutricionista para que te asesore y que valore si es necesaria o no la suplementación de algún nutriente que no pueda ser asegurado mediante la dieta.

Punto 2: Saber cocinar en casa de forma segura

Es fundamental tener en cuenta que las LTP no se destruyen con el cocinado de los alimentos. Es importante que en casa se mantengan unas normas estrictas de preparación, elaboración y cocinado de los alimentos para minimizar riesgos de contaminación cruzada.

Como en cualquier otra alergia, se deberán mantener separados los utensilios de cocina e incluso disponer de una zona o superficie separada físicamente para preparar los alimentos. Cuidado con cocinar de forma simultánea alimentos con alérgeno y alimentos sin, es fácil equivocarse. Precaución con los trapos, bayetas de cocina, delantales, nuestras manos o incluso nuestra propia ropa, ya que pueden ser transmisores de los alérgenos y responsables de la contaminación cruzada.

Cuidado con almacenar alimentos en la nevera, congelador o despensa. Siempre deberán estar separados protegidos (film, tuppers…) y separados lo máximo posible de los demás. En caso de alimentos fácilmente dispersables o volátiles (harinas, vinagres, aceites…) mi recomendación es que se sustituya para toda la familia ese ingrediente por otro que sea seguro para el alérgico.

Punto 3: Aprender a leer e interpretar el etiquetaje alimentario

Debes saber que en España existen dos normativas que regulan la declaración de los alérgenos. El Reglamento (UE) nº 1169/2011 que marca las normas para etiquetar de forma correcta los alérgenos de un producto envasado y el Real Decreto 126/2015 que marca las normas para identificar los alérgenos de los productos y alimentos que se sirven sin envasar (restaurantes, caterings, bares, puestos de comida ambulante…).

Sí, a día de hoy es obligatorio que todos los bares y restaurantes tengan la carta de alérgenos en su establecimiento. La mala noticia es que la legislación indica que solo es obligatorio declarar 14 sustancias (huevo, gluten, leche, frutos secos, sésamo, mostaza, apio, altramuces, cacahuetes, soja, pescado, moluscos, crustáceos y sulfitos).

¿Y qué ocurre si soy alérgico a la manzana, cereza, cereales sin gluten o a las legumbres? Pues siento decirte, que NO tendrás fácilmente identificados tus alérgenos ni en etiquetaje ni en la carta de un restaurante. Será necesario que tú mismo preguntes, leas, evalúes y decidas.

Mis consejo: LEE, LEE Y LEE las etiquetas de todo producto alimentario que compres. Fíjate en el listado de ingredientes, averigua si puede haber algún ingrediente o subingrediente que pueda contener el alérgeno o que sea derivado del alimento al que eres alérgico.

Está claro que cuanto más procesado es un producto, más larga es su lista de ingredientes y más probabilidad hay de que haya un componente conflictivo para ti. Así que prioriza los alimentos o comida real, en vez de las cosas comestibles y procesados.

Cuidado con los precocinados, congelados o procesados, productos a granel, el alcohol (vinos, cervezas, licores…), los productos «con trozos de», las conservas y todos los productos que puedan tener derivados de los alimentos a excluir (mermeladas, extractos, zumos, bebidas…).

El tema de las trazas también puede resultar un problema. Existen casos en los que la presencia de pequeñas cantidades no causa problema y casos en los que sí. Decide en función de tu margen de tolerancia y en caso de duda, opta por pedir más información en el mismo establecimiento, supermecado o incluso llamando al teléfono de atención al consumidor.

Punto 4: Consejos para comer fuera de casa con una alergia a LTP

Tal como he comentado antes, los restaurantes deben tener la carta de alérgenos a disposición de los clientes, aunque solo encontraremos los 14 alérgenos que la legislación obliga a declarar.

Por tanto, en la gran mayoría de ocaciones, el alérgico a LTP se encuentra totalmente perdido y sin la información necesaria para saber elegir. Cuando cocinamos nosotros mismos en casa sentimos total seguridad, pero… ocurre lo mismo si preguntamos al camarero?

Es inevitable sentir angustia, inseguridad y miedo ante una posible equivocación por parte del restaurante. Incluso aunque te garanticen que tu plato es seguro, siempre existen dudas… ¿Sabrá el cocinero que hay que eliminar también todos los derivados del alimento alérgenico? ¿Habrán tenido cuidado al cocinar mi plato de forma separada? ¿Podré fiarme de las buenas prácticas de manipulación de todo el personal de cocina y camareros que tocarán mi plato?

Mis consejos dietético-nutricionales para ir un poco más seguros:

  • Intenta realizar una lista de posibles restaurantes en los que tengas posibilidad de comer de forma saludable teniendo en cuenta tu alergia. Llama antes, pregunta e infórmate. Hay restaurantes que incluso te proponen un menú alternativo para ti, si avisas con tiempo.
  • Avisa siempre al responsable del establecimiento de tu/s alergia/s e informa debidamente de qué alimentos no puedes comer y de las consecuencias en caso de un error.
  • Si padeces una alergia a LTP grave o múltiple, pregunta si puedes llevar tu comida en un tupper por separado.
  • Escoge siempre platos simples, sin mezclas de ingredientes. Menos es más.
  • Evita las salsas y aliña tú mismo tus platos.
  • Cuidado con los buffets libres o self-services, en los que no sabes si las pinzas o tenedores de servicio han sido mezcladas entre los distintos platos.
  • Precaución con los establecimientos en los que solo disponen de un equipo para cocinar muchos platos (por ejemplo, una sola freidora, un solo horno, una sola plancha…).
  • Huye de los establecimientos que no te inspiren confianza. Mantente alerta.
  • Ten en cuenta siempre la posibilidad de una reacción cruzada si mezclas alimentos entre sí.
  • Ante la duda, no lo comas. Mejor sé precavido.

Bien, como ves, convivir con tu alergia a LTP puede ser complejo, pero no imposible. No desesperes, acude a tu Dietista-Nutricionista para resolver tus dudas en cuanto a alimentación, posibles deficits nutricionales, elaboración de menús para alérgicos a LTP, consejos de cocina, etc. Es cuestión de paciencia y perseverancia, hasta que encuentras el equilibrio entre tu seguridad y tu bienestar (gastronómico, social, familiar y nutricional).

Los Dietistas-Nutricionistas no somos solo «dispensadores de dietas para adelgazar», sino que podemos ayudar a mejorar la salud y el bienestar de muchas personas con enfermedades complejas como la alergia a LTP. Si necesitas ayuda, busca uno por tu zona que esté formado y capacitado legalmente para ello y haz tu vida más fácil!