La Fibra dietética (parte I)

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La fibra forma parte de los alimentos de origen vegetal y nos aporta grandes beneficios para la salud. No obstante, en la mayoría de los casos no se toman las cantidades mínimas recomendadas a pesar de que nos aporta grandes beneficios contra la obesidad, disminuye el riesgo cardiovascular, es beneficiosa en la diabetes y para disminuir los niveles de colesterol y además previene algunos tipos de cáncer.También veremos que existen determinados casos en los que un consumo de fibra puede resultar contraindicado.
¿Qué es la fibra?
Beneficios estrella de la fibra dietética:
Es conocido por todos que actualmente la fibra alimentaria desempeña su papel principal en mejorar la regulación del aparato de nuestro tránsito intestinal. Pero más allá de la regulación del aparato digestivo, hay otros muchos efectos fisiológicos positivos que es importante conocer.
A nivel de boca y estómago:
A nivel de boca, la fibra estimula la salivación y prolonga el tiempo de masticación, por lo que normalmente ayuda a llegar antes a la sensación de saciedad.
A nivel de estómago la fibra soluble absorbe agua y se hincha por lo que también favorece la capacidad saciante y nos sentimos llenos más rápidamente.
A nivel de intestino:
Recomendada:
- En el estreñimiento (fibra insoluble) y la diarrea (fibra soluble)
- Como prevención y mejora de enfermedades derivadas del estreñimiento crónico, como la diverticulitis, hemorroides, fisuras, etc.
- Muy beneficiosa contra la obesidad y por diversas razones. Además de tener poder saciante, las dietas ricas en fibras en casos de obesidad, aportan menos calorías en un mayor volumen de alimento por lo que mejoran el seguimiento de la dieta.
- Mejora la hipercolesterolemia (colesterol elevado en sangre) ya que actúan sobre la absorción de los ácidos biliares, hace que éstos no se reabsorban y que por tanto sean eliminados por vía fecal (llevando consigo las moléculas de colesterol LDL) y además promueve la nueva síntesis de colesterol a través de los propios recursos del cuerpo (consumiendo así el colesterol LDL concentrado en sangre). Esto disminuye además el riesgo cardiovacular.
- Indicada en la Diabetes ya que ralentizan la absorción de los azúcares y no se generan picos tan bruscos de glicemia (concentración de azúcar en sangre). Un aumento de fibra (sobretodo la de tipo soluble) también disminuye la hiperinsulinemia y las concentraciones plasmáticas de lípidos en las personas diabéticas.
- Previene el cáncer de colon en aquellos pacientes con predisposición gneética porque cuando es fermentada se forman ácidos grasos de cadena corta que son absorbidos por el cuerpo y que además ejercen funciones beneficiosas sobre la estructura de las paredes intestinales. Se ha demostrado mediante estudios, que este efecto “protector” sobre la mucosa intestinal reduce la incidencia de sufrir cáncer de colon y recto.
- Mejora la calidad de nuestra flora bacteriana, ya que nuestro intestino contiene una flora bacteriana compleja y única que nos puede aportar ventajas o desventajas en función del tipo y cantidad de bacterias que habiten. Algunos estudios demuestran que dietas pobres en fibra hacen que se instaure una determinada flora bacteriana capaz de producir moléculas con efecto “oncógeno” y tóxico. De lo contrario, dietas ricas en fibra favorecen la existencia de determinados microorganismos beneficiosos y así se detiene la síntesis de moléculas tóxicas para las propias células.
No recomendada:
- Cuando existen déficits de ciertos nutrientes (como el calcio, el zinc, el magnesio, el fósforo, el hierro y algunas vitaminas) que la fibra puede atrapar evitando su absorción. Si se ha pautado una suplementación no se aconseja tomar a la vez el suplemento y alimentos ricos en fibra.
- También está contraindicada en casos de enfermedad inflamatoria intestinal o cuando se sospecha de una oclusión intestinal.
- En casos de elevada frecuencia de gases y meteorismo, tampoco es beneficioso un gran consumo de fibra. Esto es porque la propia fermentación da lugar a la formación de gases en el intestino como el metano, dióxido de carbono, hidrógeno y otros componentes que general malos olores. Estos componentes son los causantes de la flatulencia. Además, en algunos casos puede provocar episodios transitorios de diarrea, digestiones pesadas y alguna molestia intestinal.
Jordi Salas-Salvadó, Anna Bonada, Roser Trallero y M.Engràcia Saló. Nutrición y Dietética Clínica. Edición 2000, editorial Elsevier (Masson).