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Qué tipo de magnesio elegir

El magnesio va a ser magnesio en cualquiera de sus formas.

Ahora bien, dependiendo de la forma molecular en la que se ingiera, vamos a poder enfocar su función a una cosa u otra. Entre otras particularidades, en función de cuánto de biodisponible esté (facilidad para ser absorbido por las células) fa a hacer efecto en un lugar o en otro.

Si te perdiste el artículo anterior, aquí puedes revisar las funciones del magnesio y el porqué una espinaca ya no es lo que era.


Primero y lo más importante: Cuando queramos suplementarnos con magnesio, lo primero que debemos preguntarnos es para qué función. En base a ello no solo elegiremos el tipo sino también la dosis y el momento ideal para tomarlo.
Por lo tanto, no erigiremos el mismo formato de magnesio en función de si lo que queremos es combatir el estreñimiento en cuyo caso queremos que el magnesio no se absorba demasiado, o buscamos que el magnesio se absorba de manera óptima para que llegue a una neurona.

Tipos de magnesio en los suplementos:

Lo clasificaré de menos a más biodisponible:

Biodisponibilidad baja:

Son los magnesios en forma de sales inorgánicas como los cloruros, carbonatos, óxidos e hidróxidos (estos dos últimos pueden ser irritantes). Básicamente tendrán más efecto a nivel digestivo porque se absorben poco. Serán útiles como laxantes o para neutralizar la acidez estomacal.

Biodisponibilidad media:

Sales orgánicas como los citratos de magnesio, gluconatos o los malatos de magnesio. El magnesio citrato es muy interesante por su efecto a nivel muscular, óseo y con personas con hipoclorhidria.

Para combatir el estreñimiento, el que más aconsejo es el citrato de magnesio.

Sin embargo, si lo que queremos es trabajar más a nivel energético (restaurar los niveles de energía o mejorar síntesis de ATP), podemos usar malato de magnesio. El ácido málico también aporta un plus en la obtención de energía celular y tiene doble beneficio.


Biodisponibilidad alta:

Son los magnesios que van unidos a un aminoácido. El bisglicinato de magnesio es el mejor ejemplo, y es el más indicado cuando buscamos mejorar el estado de ánimo y nuestra capacidad de respuesta ante el estrés. Este magnesio va unido a una glicina, otro aminoácido interesante que tiene efecto calmante y relajante.

Por tanto, el bisglicinato de Mg es interesante cuando queremos usarlo como modulador del estrés y calmante del sistema nervioso.

Otros magnesios como el taurato de magnesio, van unidos al aminoácido taurina. OJO, que la taurina no es lo que nos venden en esa bebida energética famosa…La verdad es que la taurina mejora la síntesis de ciertos neurotransmisores como el GABA, que precisamente calman y aportan paz al sistema nervioso. El taurato de magnesio puede ser útil en casos de mucho estrés y en el ámbito de la salud cardiovascular. 


Biodisponibilidad muy alta:

El mejor ejemplo y el más novedoso es el treonato de magnesio.

Es una sal orgánica entre el magnesio y el ácido L-treónico. Es novedoso porque hasta hace muy poco no era legal como forma de suplemento en España (porque ha sido patentado: Magtein), pero desde diciembre de 2024 ya se puede adquirir.

Esta nueva forma de magnesio es revolucionaria, porque ha demostrado aumentar eficazmente los niveles de magnesio en el cerebro y las neuronas, lo que no es común en otros suplementos de magnesio debido a su menor biodisponibilidad.

Y es que no es nada fácil atravesar la barrera hematoencefálica. Se trata de una estructura altamente selectiva que protege al sistema nervioso central al regular el paso de sustancias entre la sangre y el tejido cerebral. Actúa de manera parecida a la placenta, protege y deja pasar solo lo bueno, frenando el paso de lo no tan bueno.

El hecho de que tengamos un nuevo magnesio capaz de llegar a las neuronas, nos abre una bonita ventana terapéutica en el ámbito de la salud neuronal y las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer.

El magnesio treonato favorece la plasticidad neuronal, frena los procesos de neurodegeneración y mejora la transmisión sináptica y la función cognitiva (memoria, foco, lucidez, concentración…).

 


Por qué debes tomar magnesio desde YA

El magnesio es un mineral esencial para nuestro cuerpo y involucrado en más de 300 reacciones bioquímicas en nuestro organismo. El hecho de que sea esencial y tan importante para tantísimas funciones, lo convierte un mineral estrella para nuestra salud.

Te cuento algunas de las funciones clave del magnesio en nuestro cuerpo:
  • Producción de energía (ATP): es clave en la síntesis de ATP (adenosín trifosfato), la principal fuente de energía celular.
  • Función muscular y prevención de calambres: regula la contracción y relajación muscular, evitando espasmos y calambres.
  • Salud del sistema nervioso y equilibrio emocional: actúa como un relajante natural, ayudando a reducir el estrés, la ansiedad y mejorar la calidad del sueño.
  • Regulación del sistema digestivo: favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento al mejorar la motilidad del colon.
  • Síntesis de proteínas y reparación celular: participa en la formación de proteínas esenciales para el crecimiento y reparación de tejidos.
  • Salud ósea y dental: es fundamental para la absorción y metabolismo del calcio (junto con la vitamina D), fortaleciendo huesos y dientes.
  • Regulación del azúcar en sangre y prevención de la resistencia a la insulina: mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a equilibrar los niveles de glucosa en sangre.
  • Función cardiovascular y presión arterial: contribuye a la relajación de los vasos sanguíneos, reduciendo el riesgo de hipertensión y enfermedades cardíacas.
  • Reducción de la inflamación y soporte al sistema inmunológico: tiene propiedades antiinflamatorias y refuerza la respuesta inmune del organismo.
  • Síntesis de neurotransmisores y función cognitiva: participa en la producción de serotonina y dopamina, impactando en la memoria, el enfoque y el bienestar emocional.
¿Cuáles son las fuentes dietéticas de magnesio?

La dieta mediterránea incluye varias fuentes de magnesio de muy fácil acceso, principalmente cereales, frutas, legumbres y productos del mar. Pero ojo… ¿cuánta gente compra de verdad producto de cultivo ecológico y de calidad? ¿Por qué una espinaca ya no aporta el mismo magnesio ahora que hace 20 años?

La mayor parte de la población compra alimentos de producción intensiva e industrial, y éstos suelen tener menor riqueza mineral en comparación con los de producción ecológica o regenerativa debido a varios factores clave:

  • Agotamiento mineral de los suelos que produce verduras y hortalizas pobres en magnesio, zinc y selenio. La producción ecológica fomenta la rotación de cultivos y el uso de abonos naturales, enriqueciendo el suelo.
  • Uso excesivo de fertilizantes químicos, que aportan solo lo necesario para producir: nitrógeno, fósforo y potasio. ¿Y el resto de minerales? Los métodos ecológicos utilizan compost, estiércol y biofertilizantes, que mantienen un equilibrio mineral más completo en el suelo.
  • Selección de variedades de rápido crecimiento y ata producción, en vez de variedades con mejor densidad nutricional.
  • Uso de pesticidas y herbicidas que matan la biodiversidad microbiana de los suelos. En la agricultura ecológica, el suelo es más vivo y biodiverso, lo que mejora la absorción de nutrientes por las plantas.
  • Cosecha temprana y almacenamiento prolongado, es decir, los vegetales se cosechan de forma prematura para facilitar su transporte y no dejan que madure su riqueza mineral. La producción ecológica permite que los alimentos maduren en la planta, favoreciendo una mayor concentración de nutrientes.
  • Uso de monocultivos que monopolizan las mismas tierras durante años. Los monocultivos agotan los nutrientes del suelo, mientras que la diversificación de cultivos en la agricultura ecológica favorece la regeneración mineral.

¿Juntamos entonces que compramos las verduras en el supermercado y que además vivimos estresados y mal dormidos?

Déficit de magnesio en España

El déficit generalizado de magnesio ya es bastante evidente y afecta a una parte significativa de la población. Según el estudio ANIBES, un 79% de la población española no alcanza la ingesta diaria recomendada de magnesio.

Pero es que resulta que las IDR se quedan igualmente muy justitas. ¿Que son las Ingestas Diarias Recomendadas? Son las ingestas mínimas de una vitamina o mineral, para las cuales se ha demostrado que el cuerpo humano funciona (o sea, que no nos morimos).

¿Es suficiente entonces si cubrimos las IDR?

Rotundamente NO.

Porque resulta que ya no son solo determinados colectivos más vulnerables los que tienen mayores demandas de magnesio, como los mayores o las personas con las enfermedades crónicas. Resulta que actualmente casi TODOS tenemos demandas aumentadas de este mineral esencial.

El estrés, la mala calidad del sueño, la inflamación o la exposición a tóxicos ambientales entre otros factores, hace que nuestra necesidad de magnesio sea mayor que la que indican esas IDR.

¿Cuáles son los síntomas de alarma de déficit de magnesio?

Los síntomas son muy variados, pero pueden incluir fatiga, calambres musculares, ansiedad y problemas digestivos (a menudo normalizados). Damos por hecho que no podemos conciliar bien el sueño, que tenemos un estreñimiento resistente al consumo de fibra y agua, que recuperamos regulinchi después del deporte…

Y no. Es que resulta, que te está faltando magnesio…

 


La levadura de arroz rojo: natural pero no inofensiva

Hoy vengo a hablarte de la levadura de arroz rojo, muy usada y conocida como complemento dietético para mejorar los niveles de colesterol de manera más natural.
 
¿Qué es la levadura de arroz rojo?
La levadura de arroz rojo (RYR, por sus siglas en inglés) es un suplemento alimenticio derivado de la fermentación del arroz con el hongo Monascus purpureus. Este producto ha sido utilizado tradicionalmente en la cocina y medicina asiática.
El ingrediente activo de interés en el RYR es la monacolina K, que es químicamente idéntica a la lovastatina, uno de los medicamentos más habituales usados para el tratamiento de la hipercolesterolemia.
 
¿Cómo actúa la monacolina K?
La monacolina K actúa inhibiendo la enzima 3-hidroxi-3-metilglutaril-coenzima A (HMG-CoA) reductasa, que es crucial en la síntesis de colesterol. Esta inhibición resulta en una reducción significativa de los niveles de colesterol LDL, similar a la acción de las estatinas farmacéuticas.
 
Y es que verdaderamente sí funciona. Algunos estudios han demostrado que el consumo de RYR puede reducir los niveles de colesterol LDL en un 15% a 25% en un período de 6 a 8 semanas.
Podría ser un suplemento natural que «sustituyera» a las estatinas como tratamiento para el colesterol.
 
Sin embargo, el uso prolongado de suplementos de levadura de arroz rojo está desaconsejado debido a la variabilidad en el contenido de monacolinas entre diferentes productos, lo que dificulta predecir su eficacia y los riesgos de efectos secundarios.
 
¿Qué riesgos para la salud tiene la monacolina K?

Estos efectos adversos incluyen miopatías, rabdomiólisis y daño hepático, que son similares a los efectos secundarios observados con el uso de lovastatina.

Además, la variabilidad en el contenido de monacolina K en diferentes preparaciones comerciales de RYR dificulta la predicción de su eficacia y seguridad.

  • En E.E.U.U. la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha emitido advertencias contra el uso de productos de RYR debido a la falta de estandarización y control de calidad, así como a la presencia potencial de toxinas como la citrinina.
  • En Europa, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha señalado que la ingesta de monacolinas a partir de RYR puede llevar a efectos adversos graves, incluso a dosis tan bajas como 3 mg/día.
 
En resumen, aunque el RYR puede ser efectivo para reducir los niveles de colesterol, su uso prolongado está desaconsejado debido a los riesgos asociados con la ingesta de monacolinas, que pueden causar efectos adversos graves similares a los de las estatinas farmacéuticas.
 
Como siempre os digo, ningún suplemento natural es totalmente inocuo por se natural, o por proceder de una planta. De hecho, hay que tener todavía más precaución con el uso y selección de suplementos dietéticos dado que no se rigen por una normativa tan estricta como en la industria farmacéutica.
 
Una mala elección puede suponer la ingesta indeseada de tóxicos, contaminantes, impurezas, etc.
Consulta siempre a tu nutri/terapeuta de confianza para tener mayor seguridad y seguir protegiendo tu salud.
 
Feliz día 🙂
 

 

Referencias consultadas:

Younes M, Aggett P, Aguilar F, et al. EFSA Journal. European Food Safety Authority. 2018;16(8):e05368. doi:10.2903/j.efsa.2018.5368.
Dujovne CA. The American Journal of Medicine. 2017;130(10):1148-1150. doi:10.1016/j.amjmed.2017.05.013
Nguyen T, Karl M, Santini A. Foods (Basel, Switzerland). 2017;6(3):E19. doi:10.3390/foods6030019.
Cicero AFG, Fogacci F, Zambon A. Journal of the American College of Cardiology. 2021;77(5):620-628. doi:10.1016/j.jacc.2020.11.056.
Norata GD, Banach M. Nutrients. 2024;16(3):444. doi:10.3390/nu16030444.
Dujovne, C. (2017). Red Yeast Rice Preparations: Are They Suitable Substitutions for Statins?. The American journal of medicine, 130 10, 1148-1150 . https://doi.org/10.1016/j.amjmed.2017.05.013.
Mazzanti G, Moro PA, Raschi E, Da Cas R, Menniti-Ippolito F.British Journal of Clinical Pharmacology. 2017;83(4):894-908. doi:10.1111/bcp.13171
Burke FM. Current Atherosclerosis Reports. 2015;17(4):495. doi:10.1007/s11883-015-0495-8.


Omega-3: ¿Por qué necesitas EPA y DHA?

Los ácidos grasos omega-3 son grasas esenciales muy importantes para el cuerpo humano. Forman parte del grupo de nutrientes esenciales, es decir, aquellos que el cuerpo no sabe fabricar y que necesitamos ingerir vía dieta.

Se encuentran en alimentos como pescados grasos, semillas y ciertos frutos secos. Son fundamentales para la salud cerebral, cardiovascular, ocular y son nutrientes clave para reducir la inflamación, promoviendo un equilibrio saludable en el organismo.

Aunque hay seis tipos de omega-3, los principales son:

  • ALA: ácido alfa-linolénico
  • EPA: ácido eicosapentaenoico
  • DHA: ácido docosahexaenoico.

El DHA y el EPA lo encontramos en pescados grasos (pescado azul), cefalópodos (sepia, marisco, calamar…) y algas. Sin embargo, el ALA está más presente en semillas de lino, chía, nueces, aceite de canola y soja.

 

¿Son ALA, EPA y DHA igual de importantes?

No señor, los que cumplen funciones más importantes son el EPA y el DHA. Y aunque nuestro maravilloso organismo es capaz de convertir ALA en DHA y EPA, lo hace de forma muy limitada.

Es decir, si consumes nueces (ricas en ALA) como fuente de omega-3, tan solo el 5-10% podría convertirse en EPA y solo el 0,4-0,5% en DHA. Insuficiente.

Y es que resulta que una persona sana necesita 2 gramos diarios de EPA y DHA para que el organismo funcione de manera correcta. ¿Eso cómo se logra? Con nueces, chía y lino, desde luego que no.

Consumiendo un mínimo de 3 veces/semana de pescado azul de calidad. ¿Tú lo haces? Yo lo intento en la medida de lo posible…

¿Y qué hay de las algas? El EPA y DHA también están presentes en las algas, pero necesitaríamos consumir una cantidad muy elevada (peligrosa) para poder cubrir necesidades.

¿Conclusión? El 83% de la población no ingiere suficiente EPA/DHA. Por eso en embarazo y lactancia suele recomendarse la suplementación. Y yo lo recomiendo muy mucho en casos de inflamación metabólica.

 

¿Qué funciones cumplen EPA y DHA en nuestro cuerpo?

Los ácidos grasos esenciales forman parte de las membranas de todas y cada una de las células de tu cuerpito. Se necesitan para mantener la estabilidad celular. En la membrana de cada una de tus células, alrededor del 6% debería ser EPA, 6% DHA y tan solo un 1,5% ALA.

Gracias a EPA y DHA las membranas celulares son flexibles, permeables y eficientes. Tienen multitud de funciones, te indico mis favoritas:

Sistema inmunológico:

Regulan la respuesta inmunitaria, es decir, inmunomodulan. Son los «guías» del sistema inmunitario y le indican con qué intensidad y frente a qué debe luchar. Fortalecen el sistema inmune al reducir la inflamación y promueven una microbiota saludable, esencial para una respuesta inmunitaria equilibrada y efectiva.

Salud digestiva y de nuestra microbiota:

El EPA y el DHA reducen la inflamación gastrointestinal, fortalecen la barrera intestinal y previenen la entrada de toxinas. Mejoran la microbiota, favoreciendo bacterias beneficiosas como Lactobacillus y Bifidobacterium, y estimulan la producción de butirato, clave para la salud intestinal. También reducen el estrés oxidativo, promoviendo la digestión y la inmunidad.

Inflamación:

Tienen propiedades antiinflamatorias, ayudando a aliviar condiciones como la artritis reumatoide. Contrarrestan la inflamación crónica de bajo grado, relacionada con enfermedades como la diabetes tipo 2 y la obesidad (y muy común en autoinmunes).

Contribuyen a un mejor metabolismo lipídico y glucémico, lo que está relacionado con un ambiente intestinal más saludable y menos inflamatorio. Ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina, favorecen la pérdida de grasa y reducen el riesgo de síndrome metabólico.

 

Por supuesto, cumplen otras muchas funciones relacionadas con el rendimiento cognitivo y la salud cerebral (memoria, concentración, Alzehimer…), con la salud ocular, con la salud cardiovascular, la salud de piel y cabello y son súper importantes en procesos de fertilidad, embarazo y lactancia.

 

Conclusión: ¿Cuál es la recomendación nutricional ideal?

La cantidad diaria recomendada de ALA es fácil de adquirir. Con unas 5 nueces o 1 cucharada de semillas de chia o lino lo tienes. Consumo suficiente y no más.

Los frutos secos o semillas contienen más proporción de omega 6 y por esa razón se deben consumir de manera moderada, porque sino desequilibramos el ratio omega3-omega6, teniendo como un resultado un metabolismo más pro-inflamatorio.

 

Para tener unos buenos niveles de EPA y DHA, lo ideal es consumir un mínimo de 3 veces/semana de pescado azul de pequeño tamaño (sardinas, boquerones, anchoas…), cefalópodos (sepia, calamar, pulpo) o marisco.


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