¿Qué alimentos pueden ayudar a combatir la astenia otoñal? Alimentación y salud van de la mano. Con tu dieta puedes hacer que los cambios de estación pasen factura o no. Tú eliges.

Con la llegada del otoño hay una reducción de horas solares, cambiamos la hora (por lo que hay que readaptarse al nuevo horario) y hay una progresiva bajada de las temperaturas (o eso sería lo normal a estas alturas…). Si a eso añadimos la reincorporación a la rutina y obligaciones (sube el estrés), se convierte en algo habitual oír a algunos de mis pacientes que se sienten algo decaídos, apáticos, cansados o bajos de ánimo.

¿Por qué nos pasa? Ocurre lo mismo en primavera ⇒ ConsumerEroski nos lo explica aquí

Come de forma correcta

La dieta ideal para ayudar a combatir la astenia otoñal es…. (redoble de tambores)

Basar tu alimentación en frutas, verduras, hortalizas, frutos secos y alimentos reales. Es decir, comer comida de verdad: frutas, hortalizas, verduras, filetes de carne y pescados frescos, mariscos y moluscos frescos, frutos secos tostados o crudos, legumbres, huevos, tubérculos (patata, boniato…) y granos y cereales siempre en versión integral. ¿Suficiente verdad? ¿Así de fácil? Pues sí.

Come alimentos reales, no cosas comestibles

«Es que hay que comer de todo». Pues no. Porque dentro de ese «de todo» hay muchos productos alimentarios totalmente prescindibles (échale un vistazo a esto y sabrás a lo que me refiero). Ahí reside la diferencia entre hacerlo bien o hacerlo mal.

¿Hay algún alimento concreto que pueda combatir la astenia por sí mismo? No. Porque no hay alimentos mágicos, ni con una composición única o exclusiva que no podamos obtener con otro alimento o con mezcla de varios.

Fuera procesados (cosas que se comen pero que no son comida), sal, azúcar, aditivos y en general elimina toda la comida basura/superflua que forman el 90% de lo que nos ofrecen las grandes superficies.

¿Algo más? Sí, sigue leyendo…

Suplementos: ¿necesarios?

¿Para qué? Déjate de suplementos de vitaminas, minerales u otros vitalizantes. Es una cuestión de adaptación. Dale tiempo a tu organismo. No necesitas megadosis de nada para estar bien, no te faltan nutrientes si comes de forma correcta.

¿Omega-3? Come pescado azul. ¿Vitamina C? Consume más cítricos. ¿Vitaminas del grupo B? En prácticamente todos los alimentos…

Duerme. Descansa. Cuida tu ciclo vigilia-sueño.

No hay excusas, tus hábitos pueden facilitarte el conciliar el sueño o, por lo contrario, provocar insomnio y desajustes de tus ritmos circadianos. Y los hábitos puedes cambiarlos sí o sí.

Respeta las horas de luz, descansa la vista cuando toca. No trasnoches, aléjate de pantallas luminosas en horas cercanas al descanso (televisión, móvil, ipad…).

Evita el sedentarismo.

Déjate de excusas ya, sí tienes tiempo. Mantén una vida activa, el cuerpo humano está diseñado para el movimiento.

Aléjate del estrés.

Y esto es 100% responsabilidad tuya. Medita, ejercítate, descansa, desconecta… El estrés crónico pasa factura y mucho. ¿No lo crees así? Sigue con tu ritmo frenético…

En resumen…

Sé paciente. Facilítate el cambio. Muévete o te arrepentirás. Come saludable. Pon freno al turbo de la vida acelerada y estresante que llevas. Cuida tus hábitos, porque al final, eres la suma de todas las pequeñas acciones que llevas a cabo durante el día. Y tu salud, depende de ello.

Y no quiero despedirme sin antes mencionar a mi compañera la Dra.Miranda @miranda_trauma , a la que he querido dedicar este post por sus estupendos consejos! Ella es traumatóloga y es una verdadera crack, os recomiendo que visitéis su web YA ⇒ www.mirandatrauma.com